Unión íntima de la Iglesia con la familia humana universal
1. Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón. La comunidad cristiana está integrada por hombres que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar hacia el reino del Padre y han recibido la buena nueva de la salvación para comunicarla a todos. La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del genero humano y de su historia.
Destinatarios de la palabra conciliar
2. Por ello, el Concilio Vaticano II, tras haber profundizado en el misterio de la Iglesia, se dirige ahora no sólo a los hijos de la Iglesia católica y a cuantos invocan a Cristo, sino a todos los hombres, con el deseo de anunciar a todos cómo entiende la presencia y la acción de la Iglesia en el mundo actual.
Tiene pues, ante sí la Iglesia al mundo, esto es, la entera familia humana con el conjunto universal de las realidades entre las que ésta vive; el mundo, teatro de la historia humana, con sus afanes, fracasos y victorias; el mundo, que los cristianos creen fundado y conservado por el amor del Creador, esclavizado bajo la servidumbre del pecado, pero liberado por Cristo, crucificado y resucitado, roto el poder del demonio, para que el mundo se transforme según el propósito divino y llegue a su consumación.
Al servicio del hombre
3. En nuestros días, el género humano, admirado de sus propios descubrimientos y de su propio poder, se formula con frecuencia preguntas angustiosas sobre la evolución presente del mundo, sobre el puesto y la misión del hombre en el universo, sobre el sentido de sus esfuerzos individuales y colectivos, sobre el destino último de las cosas y de la humanidad. El Concilio, testigo y expositor de la fe de todo el Pueblo de Dios congregado por Cristo, no puede dar prueba mayor de solidaridad, respeto y amor a toda la familia humana que la de dialogar con ella acerca de todos estos problemas, aclarárselos a la luz del Evangelio y poner a disposición del género humano el poder salvador que la Iglesia, conducida por el Espíritu Santo, ha recibido de su Fundador. Es la persona del hombre la que hay que salvar. Es la sociedad humana la que hay que renovar. Es, por consiguiente, el hombre; pero el hombre todo entero, cuerpo y alma, corazón y conciencia, inteligencia y voluntad, quien será el objeto central de las explicaciones que van a seguir.
Al proclamar el Concilio la altísima vocación del hombre y la divina semilla que en éste se oculta, ofrece al género humano la sincera colaboración de la Iglesia para lograr la fraternidad universal que responda a esa vocación. No impulsa a la Iglesia ambición terrena alguna. Sólo desea una cosa: continuar, bajo la guía del Espíritu, la obra misma de Cristo, quien vino al mundo para dar testimonio de la verdad, para salvar y no para juzgar, para servir y no para ser servido.
martes, 29 de marzo de 2011
martes, 15 de marzo de 2011
raices de la doctrina social
Raíces de la Doctrina Social en el Antiguo Testamento
Debemos tener en cuenta que cuando hablamos de Doctrina Social nos referimos al cuerpo de doctrina emanado del magisterio de la Iglesia durante los últimos tiempos.
I. Profecía y justicia
1. Dios escucha el lamento de su pueblo
En esta parte debemos tener en cuenta que Dios libera de la esclavitud a Egipto, con la escucha de su pueblo y la compasión
2. Los Profetas
En este momento Dios elige a los Profetas para que proclamen su palabra y así puedan ayudar al pueblo a liberarse de la idolatría, la hipocresía, y la injusticia con los pobres
3. Conocer a Dios es practicar la justicia
Para estas personas es muy importante que al alabar a Dios se debe crear un compromiso muy importante y serio con la justicia. Por eso el profeta Jeremías dice: conocer a Dios es practicar la justicia
4. Joel, el profeta “ecologista”
Este profeta se imagina que al momento de la venida del Señor, se va a encontrar el mundo devastado. También se usa la comparación de las plagas de langostas, como los daños que hacen las guerras y enfrentamientos civiles y militares que atentan contra la humanidad
II. Sabios y justos
Debemos tener en cuenta que cuando hablamos de Doctrina Social nos referimos al cuerpo de doctrina emanado del magisterio de la Iglesia durante los últimos tiempos.
I. Profecía y justicia
1. Dios escucha el lamento de su pueblo
En esta parte debemos tener en cuenta que Dios libera de la esclavitud a Egipto, con la escucha de su pueblo y la compasión
2. Los Profetas
En este momento Dios elige a los Profetas para que proclamen su palabra y así puedan ayudar al pueblo a liberarse de la idolatría, la hipocresía, y la injusticia con los pobres
3. Conocer a Dios es practicar la justicia
Para estas personas es muy importante que al alabar a Dios se debe crear un compromiso muy importante y serio con la justicia. Por eso el profeta Jeremías dice: conocer a Dios es practicar la justicia
4. Joel, el profeta “ecologista”
Este profeta se imagina que al momento de la venida del Señor, se va a encontrar el mundo devastado. También se usa la comparación de las plagas de langostas, como los daños que hacen las guerras y enfrentamientos civiles y militares que atentan contra la humanidad
II. Sabios y justos
martes, 8 de marzo de 2011
definicion de la doctrina social
La doctrina social es la parte del magisterio de la iglesia que se ocupa de enseñar el comportamiento correcto de los hombres en su vida social. Aplica las enseñanzas de Jesucristo a la vida en sociedad, siempre con el fin de buscar la salvación de las almas.
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